26 de abril: Encender la luz y salar la vida

Mt 5, 13-16

Vosotros sois la luz del mundo.

Este pasaje de la sal y la luz me encanta. Un católico tiene que ser feliz, ¿por qué? Porque tiene a Cristo en su corazón y con ello la verdad y la vida. Por eso Cristo nos dice que seamos luz para iluminar a otros con la luz de la verdad; que seamos sal, es decir ponerle sabor a la vida y sonreír. Tenemos todo para serlo. Hoy salgamos a iluminar a otros con nuestra vida y a pintarlo de colores con una sonrisa. Pongámosle sabor a la vida. Que como bien dicen “La vida es bella”. En mis casi diez años misionado en Haití, en medio de la miseria más impensable brilla la luz en los ojos de los niños gracias a la “sal” que las Misioneras de la Caridad les ponen todos los días. Ser luz y echarle sal a mi día.

Propósito: hoy sonreír e irradiar alegría.