22 de abril: Encontrar mi lago, “mi Tieberiades”

Jn 21,1-14

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Siempre me he preguntado porque Juan y Pedro regresan a lago de Tiberiades cuando todo “aparentemente” había terminado. Me gusta pensar porque es donde todo empezó. Donde ellos conocieron el amor, donde ellos encontraron el sentido de su vida, donde se les reveló su misión, donde Jesús había calmado las aguas, calmó el viento, pero también calmó y ordenó sus pasiones, su vida. Me gusta meditar mucho cuál es “mi lago”, ese lugar, ese momento donde encontré el amor. Pero hoy quizá por primera vez me salta la pregunta de Jesús “¿Muchachos, tienen algo de comer?” Es decir, Cristo confía en nosotros, sabe que Él nos ha dado todo y que en cierta manera ha llenado nuestro corazón, nosotros sólo tenemos que echar las redes al fondo de nuestro corazón y sacar de ahí el amor, la paz, la alegría, la esperanza, la confianza, para alimentar a muchos, para saciar al hombre que va buscando llenarse del mundo cuando en realidad el mundo vacía, lo que verdaderamente llena es lo que está dentro. Hoy salgamos a saciar al mundo de la alegría que es haber encontrado al Señor.

Propósito: hoy sonreír