Jn 11, 45-57
Para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Estamos ya a las puertas de la Semana Santa. Hoy miles y miles de jóvenes de todo el mundo saldrán con un morral, unos jeans y tenis y una camiseta y a sus espaldas una cruz y la cruz en el pecho como su estandarte de fe. ¿Qué llevan en ese morral? Llevan la palabra de Cristo, el evangelio; llevan su mejor arma el rosario. Llevan ilusiones porque saben que por una semana serán los pies, la boca, las manos, los ojos, el corazón de Cristo. Todos aquellos que vivirán la Semana Santa en la playa, la nieve, el campo, la ciudad, en el trabajo… Se pueden unir a esos miles de jóvenes de todo el mundo siendo testigos de Cristo, ellos saldrán a encender una luz, luz de esperanza, luz de amor, luz de paz. El evangelio de hoy nos dice: “Aquel día tomaron la decisión de matarlo”. Salgamos a dar testimonio que por más que el mundo quiera y decida “matar a Cristo” no lo va a lograr, porque seremos “muchos locos” que salimos a encender esa luz, la luz del amor, que no se apaga.
Propósito: hoy encender la vida de quien me rodea a través de una sonrisa y una palabra o gesto de cariño.