28 de febrero: venderlo todo por el amor

Marcos 10, 17-27

Vende lo que tienes y sígueme.

La semana pasada hablábamos que el viaje a, cielo es ligero, igual el seguimiento de Cristo. Quizá podríamos decir que en sí uno se siente mejor en la vida cuando está “ligera”. Hoy Cristo nos dice: “Ve vende lo que tienes y sígueme”. No se trata sólo de hacer el bien y cumplir con lo mandado, como el joven de la historia de hoy; si realmente queremos ser felices hay que tener un corazón “ligero”. Vender ese orgullo, reconocer el error y pedir perdón; vender esa soberbia, pedir ayuda y agradecer; vender esa vanidad y prestarle más atención al alma que al cuerpo; vender ese egoísmo y dar tiempo de calidad a los demás; vender la superficialidad y llenar mi día de contenido; vender la dobles en mi vida, quitarme las máscaras y ser yo; vender la mentira el engaño y vivir en la verdad; vender todo aquello que pesa, el rencor, la envidia, la crítica. Dejar el corazón con lo único necesario: amor y servicio. Así podré caminar más ligeramente al encuentro del Señor y de los demás.

Propósito: hoy hacer un acto de servicio por alguien más que no sea yo.