Marcos 6, 14-29
Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.
En el evangelio de hoy podríamos encontrar los siete pecados capitales: avaricia, lujuria, soberbia, pereza, ira, envidia y gula. A demás encontramos la debilidad del ser humano y el respeto humano que muchos llaman, la guillotina de santos. Una mujer que con su soberbia, vanidad e ira logra doblegar al débil y lujurioso de Herodes y mandan matar a Juan el Bautista. Aquí vemos la lucha entre la verdad y justicia, contra el egoísmo, vanidad, lujuria, ira… pero ¿no es está lucha la que tenemos nosotros diariamente? No hay dentro de cada uno una “Herodías” que con tal de salirse con la suya es capaz de romper con todo principio y valor. No hay algo de Herodes en nuestro día a día, no gana a veces la presión de la sociedad, el que dirán, la moda… abramos los ojos y descubramos al “Herodes y “Herodías” que hay en nosotros y démosle “matarile”, que triunfe hoy la verdad, la justicia, el amor, los valores. No nos dejemos seducir por los coqueteos de los pecados, mas bien mantengamos la mirada en el amor y todo caerá en su propio lugar.
Propósito: hoy que gane en mí el amor y la verdad.