28 de enero: Ser sembrador del Reino

Marcos 4, 26-34

Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.

Volvemos a las parábolas de siembra, semillas. Cristo nos quiere explicar cómo es El Reino de Dios. Lo compara con una semilla que poco a poco va dando fruto; la semilla más pequeña, como la de la mostaza, aunque es chiquita crece en un árbol frondoso que da sombra y “arropa” a muchos. Nosotros somos los habitantes de ese Reino y como decíamos hace un par de días, somos los sembradores. No perdamos la esperanza, no perdamos la fe, no nos desanimemos, toda semilla da fruto a su tiempo. Como dice Cristo, cuando menos lo esperas esa semilla es ya un árbol frondoso. Nunca olvidar, toda acción, toda opción, toda palabra, tiene consecuencias; mis acciones tienen consecuencias. Todo lo que yo siembre, ya sea bueno o malo, dará fruto. Yo habitante de este Reino de Dios, soy responsable de todo aquello que crezca en Su jardín.

Propósito: pensar, hablar y actuar en positivo. Que todo, lo que diga y haga construya.