26 de enero: Salir a sembrar

Marcos 4, 1-20

Salió el sembrador a sembrar.

Hoy escuchamos unos de los pasajes más conocidos. La parábola del sembrador. Los diferentes tipos de tierra que el encuentra, la fértil, la llena de piedras, la que tiene espinas…yo quisiera más bien enfocarme en la semilla. Aunque si es bueno hacer un alto para analizar cómo está mi corazón, endurecido por las piedras, enredado en tanta hierba, superficial que nada “prende” o suave y abierto a recibir la semilla. Pero como decía quisiera más bien pensar en nosotros como los sembradores que vamos por el campo sembrando. ¿Qué tipo de semilla llevo conmigo?  La semilla de la envidia, rencor, del acelere, la impaciencia, inconstancia, pereza…; o llevo la semilla del perdón, del amor, de la comprensión, de la alegría, de la misericordia, de la paz, de la cordialidad, del hablar bien ¿Qué voy sembrando en mi caminar? El primer paso es SALIR a sembrar y ya en el campo, sembrar la buena semilla. El Señor se encargará de hacerla caer en campos con tierra buena para que la cosecha sea abúndate.

Propósito: sonreír y que todas palabras que salgan de mi boca sean, palabras positivas.