18 de enero: La libertad, el mayor regalo.

Marcos 2, 23-28.

El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.

Cristo una vez más nos habla con autoridad. Nos pone las cosas claras, nos “ubica”. “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado, el hijo del hombre es dueño también del sábado”. Es decir, el hombre, su divinidad, su bienestar, está por encima de toda regla. Las reglas son para ordenar al hombre, para hacer una convivencia llevadera, para ordenar una sociedad, nunca para esclavizar, para oprimir, dañar. Esto de igual manera apliquémoslo a nuestra vida de todos los días. Las “reglas” que nos impone la moda, la sociedad, la cultura. No dejemos que nada nos esclavice, nos quite la libertad, que es el regalo más grande de Dios da a su criatura: la capacidad de elección. No caigamos en las redes de la sociedad manipuladora, de la moda esclavizaste, de la cultura tolerante. No, escuchemos a Cristo que eleva nuestra condición y nos dice “El hombre es dueño también del sábado”. Es decir, somos dueños de nuestras propias elecciones. Optemos por la verdad, la justicia, la paz, el amor, por la vida, por la familia.

Propósito: optar por aquello que eleve mi dignidad como persona.