10 de diciembre: “Escuchar el canto y ver el baile”.

Mateo 11, 16-19

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.

¿Qué buscamos, qué queremos de Dios que no nos lo haya dado ya? Pero a veces nos parecemos a los personajes del evangelio de hoy, nos cantan, nos bailan y nada más no creemos. Ay que abrir los ojos para ver y cantar las maravillas de Dios. Hacer un alto en nuestra vida, ir un poco más despacio y gozar de un amanecer, de un atardecer, de la frescura de una flor, de la sonrisa de uno de los míos; porque no también aprender de una tarde gris y lluviosa de invierno, estar alado de algún ser querido que está enfermo, de las carencias espirituales y materiales… Todo nos debe de hablar de Su Amor de Su Misericordia. Escuchar Su Música, ver Su baile. Que jamás tengamos que escuchar ese duro reproche de Cristo: No creyó. Madre mía, ¿cuál es el secreto para ver y escuchar? Sigue caminando junto a mí y abre el corazón para abrazar y disfrutar el día que hoy El Señor nos regala. Ahí está la respuesta.

Propósito: cinco minutos en silencio para agradecer.