Lucas 18, 35-43
¿Qué quieres que haga por tí? Señor, que vea otra vez.
¿Qué quieres que haga yo por ti? Que vea Señor. Que hermoso diálogo entre Cristo y el ciego. Un diálogo lleno de amor, de confianza, de esperanza. Cristo conoce nuestra debilidad, nuestra carencia, nuestra dolencia. Con que seguridad y confianza el ciego se acerca a Jesús. Acerquémonos a Cristo igual que el ciego, con esa certeza, seguridad y confianza y el corazón cargado de esperanza. Señor mío que vea, que logre ver el amor que me rodea, que logre ver tu presencia en mi vida, que logre ver las necesidades del otro, que logre ver al otro. Ver el mundo con los ojos de Dios y así el mundo se ve lleno de colores y esperanza. Señor quita las escamas de egoísmo, de vanidad, de orgullo y pueda ver el mundo de amor, de esperanza, de unión, de familia. Que vea el inmenso amor que me rodea.
Propósito: Sonreír al constar el amor que me rodea.