Lucas 16, 1-8
Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que con los hijos de la luz.
Creo que el evangelio de hoy, del administrador infiel, está escrito para los latinos (con todo respeto). Somos buenísimos para el chanchullo, usando palancas, la tracalada… Nos pintamos solos. Hay que trabajar para mejorar en ello pero ojalá que usemos ese ingenio, esas palancas, esa habilidad para el chanchullo, para el servicio, para ayudar al otro, para salir al encuentro, para tender la mano a alguien, y no para puro negocio, vanagloria, alzar el cuello, salir en el periódico…sino que Cristo pueda reconocer que usamos todos esos “talentos” en positivo y construimos un mundo mejor, una sociedad más justa, un círculo de amistades verdaderas, una familia unida. Que el invento latino se note y pintemos en el rostro de todos una sonrisa.
Propósito: hacer todo con una sonrisa y por amor a Jesús.