Lucas 11, 15-26
Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Quien no está conmigo está contra mí. Una vez más encontramos esa radicalidad de Cristo. Cristo no anda con rodeos, Cristo no se anda con medias tintas. Sus palabras son fuertes, “un reino dividió no subsistirá, quien no está conmigo está contra mí”. Aunque son palabras fuertes y duras, son palabras llenas de sabiduría y cargadas de amor. Cristo nos quiere prevenir. Lo hemos visto en la historia, todo reino divido, toda familia dividía, todo gobierno dividido, toda sociedad dividía, tarde o temprano sucumbe, se desmorona, se corrompe. Igual pasa con nosotros seres humanos. No podemos estar divididos internamente, no podemos vivir con máscaras, la máscara de la sociedad, indiferente, superficial y frívola; la máscara de los domingos, católica prácticamente; la máscara de madre de familia, cumplida y abnegada; la máscara de apóstol, activa y socialmente comprometida… Cristo nos pide AUTENTICIDAD, nos puede radicalidad en la vivencia de nuestra fe, en la vivencia de nuestros valores, en la vivencia de lo que creemos y hacemos. Una vez más o somos de los de Cristo o no lo somos. Pongámonos la camiseta y a dejarlo todo en la cancha!
Propósito: actuar conforme a lo que soy, no rebajar la creación de Dios.