Santos:
Santos Teódulo y Julián, Mártires
Mateo 6:1-6, 16-18
Miércoles Ceniza.
Hoy las iglesias están llenas, las capillas a reventar, hoy vemos a todos con una cruz de ceniza en la frente. Sí, ayer fue el último día de chocolates, de dulce, de pan, de redes sociales…ayer me empache para hoy empezar a ayunar. Pero el verdadero sentido de la Cuaresma no es ayunar, sino más bien saciar el corazón de lo único necesario, el amor. El amor a Dios manifestado en el amor al otro. Saciarnos de actos de servicio por amor al otro, saciarnos de alegría, gozando cada minuto, saciarnos de optimismo, sabiendo que todo tiene un porqué y para que, saciarnos de paz siendo justos, saciarnos de amor perdonando de corazón, saciarnos de confianza viendo lo bueno que el otro tiene para ofrecerme, saciarnos de esperanza teniendo la mirada puesta en el cielo, saciarnos de amor al contemplar a mi Señor quien se despoja de todo para llegar ligero a la cruz donde dará la vida por mí. Eso es la Cuaresma, vaciarnos de todo para saciarnos de amor.
Propósito: Hoy, voy a vaciarme de mi “yo” para que entre un “tu”.