Sábado 28 de agosto: Aprender a multiplicar

Mateo 25, 14-30

Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor.

Esta parábola de los talentos es muy conocida y muy típica. Si tienes un talento, úsalo bien y multiplícalo. No sé a ustedes pero a mí a veces “me cansa”. Aunque nos canse es verdad. Todos, cada uno de nosotros, ha sido dotado de un sin fin de cualidades y talentos, nos toca hacerlos producir. Ahora bien la mejor manera de hacer eso no es trabajando mucho, subiendo, bajando, hiendo y viniendo, eso solo nos marea y marea a los de a alado. Lo que multiplica nuestros talentos es cuando los ponemos al servicio de los demás y éstos, nos enriquecen, es entonces cuando mi talento se multiplica. Cuando unimos talentos, trabajamos en equipo, cuando nos complementamos y damos lo mejor de cada uno. Ya sea como unidad familiar – quién es bueno para los chistes, el serio, el músico, el “computer wizard”, el que pone el ambiente, el organizado- o también en los negocios, trabajo social, etc. Nuestro talento solo, vale poco, nuestro talento más el de otro, vale el doble.

Propósito: pongamos a multiplicar los talentos para ser ricos en cualidades.