Martes 24 de agosto: Sin máscaras

Juan 1, 45-51

Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.

Creo que lo que Cristo dice hoy de nuestro amigo Natanael sería el mejor “piropo” que me pudiera decir: “Esta es un verdadera católica en la que no hay doblez”. Es decir que lo que piense haga, que lo que crea viva, que lo que proponga cumpla, que lo que diga refleje. Sin máscaras, sin doblez. Esto solo lo vamos a lograr si tengo claro que pienso, quiero, que creo, quien soy, a donde voy y para ello necesitamos tiempo para pensar y proyectar. Ayer hablaba con una buena amiga y me decía, “no hay tiempo para programar, para pensar en el proyecto de vida”; la verdad es que me quede pensando, sino hay tiempo para ello, no hay tiempo para vivir, porque entonces la vida nos va a vivir, en vez de nosotros vivir la vida. Es entonces cuando caemos en la ola de la moda que nos revuelca. Dediquemos tiempo para descubrir quiénes somos, qué buscamos, qué creemos; que Cristo pueda decir es “de una sola pieza”.

Propósito: que mi sí sea sí y mi no sea no. Quitarme las máscaras. Hoy ser yo.