Mateo 20, 1-16a
¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?.
Este evangelio “confunde un poco”. Es la historia de los viñadores que a todos, al que empieza a las seis de la mañana como al que empieza a las cuatro de la tarde, se les paga lo mismo. Claro que los primeros se enojan y reclaman, ¿les suena? Yo que soy tan buena y hago esto, y aquello y me va como en feria, o a mí no me va como a la otra que no hace nada y mira llena de cosas. Vamos por la vida comparándonos y sí, a veces reclamando de todo y por todo. Cristo nos confronta: “Vas a tenerme rencor por que soy bueno”. A cada uno de nosotros Dios nos ha dotado de lo necesario para cumplir con nuestra misión, la recompensa es la misma para todos, el cielo. No importa si lo empiezo a vivir hoy o cinco minutos antes de morirme. Muchas niñas se quejan de esto “a no se vale yo lucho por vivir bien siempre y la que vive destrampada se arrepiente al final, que chiste”… El chiste es que viviste feliz hoy y por toda la eternidad, la destrampada te aseguro que vive con un vacío tremendo. Así es, no trabajamos desde la seis de la mañana por el pago al final del día, sino trabajamos porque es lo que a mí me hace feliz, porque uso al cien mi capacidad, mis talentos, porque aprovechó todo lo que Dios me da. La clave: ser feliz hoy, dar el cien hoy, amar hoy.
Propósito: hoy ser buena, ser feliz, ser santa, hoy.