Sábado 14 de agosto: Corazón de niño

Mateo 19, 13-15

No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.

Terminamos la semana de tips para llegar al cielo. Hagamos brevemente un repaso. Dar el cien en cada cosa que hago, decir hágase (aceptar lo que venga) con una sonrisa, limpiar el corazón, perdonar, vivir con alegría la vocación a la que Dios me ha llamado y hoy Cristo cierra con la virtud esencial que enmarca todo, la virtud con la que debemos vivir todo lo anterior: la sencillez. “Dejen que los niños vengan a mí, quienes son como ellos, de ello es es Reino de los Cielo”. Los niños son sencillos, inocentes, auténticos, confiados. Tuve la oportunidad de pasar unos días de descanso con mi familia, y estaba desde mi viejita de noventa y dos años hasta la más pequeña de mis sobrinas nietas de tres meses, había de todas las edades. Y algo que me llamó mucho la atención es la confianza que los niños tienen cuando tú vas a su lado, nada temen, y nada es nada, corren, suben, bajan, más en que mientras esté su mama, su abuela, su tía a su lado ellos son todopoderosos, todo lo pueden, son “invendibles”. Y si lo son en cierta manera, pues uno hace lo que sea por mantenerlos a un centímetro del suelo. Esa misma confianza debemos de tener, con esa misma confianza debemos caminar, porque nuestro Padre Dios y el mejor de los amigos, Jesus, van cambiando junto a nosotros y nos guían al cielo. Nosotros mantengámonos cerca de Sus miradas y todo estará bien. La sencillez aligera el alma, ensancha el corazón y fortalece el espíritu.

Propósito: hoy gozar al cien del día que Dios me regala.