Martes 20 de julio: Ser el rostro de Cristo

Mateo 12, 46-50

Señalando con la mano a los discípulos, dijo “Éstos son mi madre y mis hermanos”.

“Mi madre y mis hermanos son aquellos que cumplen la voluntad de mi Padre”. Para todo padre la corona de sus hijos es la obediencia, no entendida en si hacen lo que dicen o no, sino en el verdadero sentido de ella. Vivir, actuar, conforme a los principios y valores de casa. Eso es lo que va buscando Cristo, que vivamos conforme a los principios y valores que Él nos ha enseñado y que su Madre, nuestra Santísima Virgen los ha encarnado. Vivir diciendo ese fíat, ese hágase, ese sí constante, ese abrazar lo que venga hoy, ese gozar del hoy. Ahí está la clave de la verdadera y eterna felicidad, hoy, vivir el hoy, reflejando, dando testimonio de lo que soy, de los que somos: hijos del Amor, criaturas de un Dios que decide encarnase y necesita de ti y de mí para mostrar Su rostro a la humanidad. Ese rostro de amor, bondad, ternura, ese rostro que el mundo quiere borrar, depende de ti y de mí que salgamos a decir con nuestro actuar: Dios es Amor.

Propósito: hoy ser el rostro del amor de Dios.