Sábado 17 de julio: Construir tu – mi Iglesia

Mateo 12, 14-21

Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta.

El evangelio de hoy es uno de los difíciles de leer o mas bien de entender. Cristo hace referencia a Isaías cuando éste habla de la figura de Cristo, el Siervo por el cual esperarán las naciones. Hace un par de años tuve la gracia de entrar a las excavaciones de San Pedro, caminamos el mismo suelo del apóstol, que los primeros cristianos. Lo más increíble es que sobre una tumba de los más sencilla y humilde  hay encima de ellas otras tres construcciones, tres altares encima de esa tumba. Esa basílica hermosísima de San Pedro con toda esa majestuosidad es fruto de la fe que nos han transmitido esos pescadores, hombres sencillos que su corazón se encendió ante ese Dios hecho hombre que les habló con fuerza de un amor mas allá del infinito. Siglos han pasado pero el edifico permanece y no me refiero a las columnatas de bronce, a las estatuas de mármol, a los frescos de Miguel Ángel, me refiero al edificio de la fe que todos llevamos dentro. A ese edificio que es nuestra vida cimentada en roca firme la fe en Cristo, nuestro Dios y Señor. Hombres, mujeres de toda raza y cultura; buenos y malos, justos e injustos todos somos parte de esa Iglesia que a pesar de los siglos permanece en pie tanto en sus edificios materiales como en sus “edificios espirituales”. Esos santos de a pie que formamos  la Iglesia.

Propósito: hoy ser roca firme para todo aquel que esté a mi lado.