Martes 13 de julio: Milagros de la vida ordinaria

Mateo 11, 20-24

El día del juicio les será más llevadero a Tiro y Sidón.

Vivimos en un mundo muy escéptico. Si no veo, no creo. Y somos hijos de este mundo. Cristo hoy nos “regaña” y como siempre, nos ubica. A pesar de la cantidad de milagros que los contemporáneos de Cristo presenciaban, su corazón seguía endurecido y no había una conversión del corazón. Que no nos pase eso a nosotros. Que no nos gane el mundo pragmático, ni incrédulo. Abramos los ojos para ver los milagros que nos presenta la vida ordinaria para suavizar el corazón y llegar así a una conversión profunda, donde sepamos reconocer que hay un Dios que pinta un mundo de colores solo por amor a mí. Veamos un hermoso amanecer, pintado solo para mí; sintamos la brisa en un día soleado, solo pintado para mí; contemplemos un cielo estrellado, en perfecta armonía, pintado solo para mí; la sonrisa de un hijo, solo para mí; la sabiduría de un adulto mayor, solo para mí; la familia, solo para mí. El día está lleno de milagros que suavizan el corazón.

Propósito: hoy abrir los ojos y dejarme sorprender por los milagros de la vida ordinaria.