Jueves 17 de junio: Padre mío.

Mateo 6, 7-15

“Vosotros rezad así”

Padre Nuestro

La frase preferida de los adolescentes y jóvenes es “no se”, es el slogan para no hacer algo, para cubrir a alguien, para salirse por la tangente ante una situación…pero a veces también es nuestra frase preferida para evitar hacer aquello sabemos debemos hacer, como rezar. Es que no sé cómo. Cristo nos dejo la oración perfecta, es la oración que aprendemos desde niños. El Padre Nuestro. Si vamos a misa los domingos, la rezamos por lo menos una vez a la semana y créanme si la repetimos pausadamente y conscientes de cada palabra, no necesitaríamos más, ya que esconde todo aquello que queremos pedir.

Primero nos dirigimos a Dios como Padre, ahí ya hay confianza, cariño; reconocemos que estamos hablando con alguien superior; le pedimos nos de un poquito de lo que El tiene allá arriba; le pedimos que nos ayude a reconocer y hacer Su Voluntad, no lo que yo quiero o a mí me gusta, sino lo que es mejor para mí; que nos de lo que necesitamos HOY para ser felices; que nos perdone si en algo le hemos fallado y nos ayude a perdonar a quien “se nos cruzó por el camino”; que nos ayude a no tropezar ni caer y que nos lleve por el camino del bien. No necesitamos buscar frases rimbombantes, ni fórmulas raras, más bien necesitamos calmar el alma, abrir el corazón y hablar con nuestro Padre Dios con las palabras que Él mismo nos enseñó.

Propósito: Recitar-Rezar-Orar el Padre Nuestro pausadamente.