Sábado 8 de mayo: Centrar el corazón en lo esencial.

Juan 15, 18-21

No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.

Yo trabajo mucho con jóvenes y hago muchas misiones y programas de voluntariado. Al final de cada misión/voluntariado siempre es la misma cosa “no quiero regresar”, es que mi ambiente, la sociedad, mis amigos… Entran en crisis, por qué “el mundo me odia”.  En cierta manera es verdad, el mundo -vicios, moda, ismos, superficialidad- el mal, rechaza todo aquello que hable de sencillez, paz, justicia, servicio, entrega, amor. Y por eso hay esa lucha entre lo que quiero y debo y las seducciones de gustos y vanidades. Cristo nos ha “separado del mundo” es decir nos da un corazón especial para poder “vivir en el mundo sin ser del mundo”, lo sé muy complicado. Pero en realidad no lo es, cuando haces la experiencia de un amor mas grande que el viaje, la bolsa, el cafecito, la vacación, solo entonces podrás disfrutar de todo lo anterior, sin anclarte en ello. Cuando el amor es el centro y motor de nuestro día, pero un amor bien entendido y a la Persona correcta, es cuando “el mundo” ya no nos toca, ni nos atrae. Simplemente es un medio más para amar y servir. Me llena más la sonrisa de un hijo, el abrazo de mi madre, el tiempo de calidad con mi compañero de vida, el ayudar a una amiga, escuchar a quién lo necesita. Eso es ser del mundo sin ser del mundo, el corazón centrado en lo esencial.

Propósito: hoy pasar tiempo de calidad con los míos.