Lucas 6, 43-49 “¿Por qué me dicen ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que yo les digo?”.
Jesus nos habla en el Evangelio de Lucas sobre nuestra falta de atención a sus palabras. Él ha venido a traernos la paz y nosotros, ¿qué hacemos?…lo rechazamos.
Nos dice también que todo aquel que cimiente su casa sobre una roca difícilmente podrá derrumbarse; a diferencia de aquel que construye sobre tierra sin cimientos profundos, que en cualquier tormenta se va a caer.
En realidad nos está hablando de fe.¿En quién tienes puesta tu confianza?
Cuando Jesús es nuestra roca, nadie puede derrotarnos; nos lo dice el Papa Francisco, en su Homilía en Santa Marta, del 5 de diciembre de 2019: ‘Con las apariencias, la vida cristiana se derrumba. No podemos construir nuestra vida sobre cosas pasajeras, sobre apariencias, fingiendo que todo está bien. Vayamos a la roca, donde está nuestra salvación. Y allí seremos felices. Todos’.
Y esa Roca, es Jesús.
Vamos fortaleciendo nuestra fe para construir nuestra vida bajo el manto santo de Dios, manto que nos protege y nos lleva ante su misericordia. Que nuestros cimientos estén formados de valores morales, de verdad, del amor de Dios, porque solo así vamos a encontrar esa paz que nos permite amar y perdonar. Vamos agarrándonos de la mano de Jesús, para que las tormentas no derrumben nuestra casa, que es nuestro corazón; y así poder escuchar su voz.
Propósito de hoy: Hoy voy a construir mi verdad teniendo como cimiento el amor incansable de Dios, porque solo él es la roca que me sostiene cuando caigo. Solo Cristo me da la fe para saber que las tormentas no duran para siempre.