2 DE JULIO: QUIERO HACER TU VOLUNTAD.

Mateo 8, 28-34 “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”

Cuando una persona es mala, reconoce al bien, en los demás, porque es de lo que esa persona carece, y lo vemos todos los días en las injusticias, en las guerras, en el trato entre unos con otros, cuando uno abusa del otro. Al demonio le pasa igual con Jesucristo, ve en Jesús lo que no ve en sí mismo y hasta lo reconoce al decirle “Hijo de Dios”.

Y cuando el diablo le pregunta “¿Qué quieres de nosotros?”, ellos saben que el Hijo de Dios tiene total control sobre ellos y sabe que Jesús no les tiene miedo.

El amor de Dios, es lo que hace fuerte a Jesús durante toda su vida. Es un amor que salva y que consuela, que acompaña y que está lleno de vida. Y ese amor es el mismo que recibimos nosotros todos los días de nuestra vida, solo hay que saber verlo.

Preguntarnos qué quiere el Hijo de Dios de nosotros, es algo positivo.

Estamos uniéndonos a la voluntad del Padre, nos estamos dando cuenta de que necesitamos que nos guíe, que nos haga fuertes. Que con su bondad entre a nuestro corazón para hacernos ver en otros, lo que es bueno, lo que nos ayuda a apoyarnos mutuamente desde su amor, para hacer las cosas mejor y tener resultados que nos favorezcan a todos como  a una misma comunidad en Cristo.

“¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”, quiere que rectifiquemos en nuestros errores, que nos acerquemos al otro a pedir perdón y sí, quiere que perdonemos al que con la humildad de su corazón nos pide perdón. Quiere que nuestras obras imiten a Jesús, que sean para ayudar a los demás, que nuestros dones, talentos y virtudes los usemos al servicio digno de aquellos que viven a nuestro lado, aquellos con quienes compartimos en el trabajo, en la escuela, en el camino que vamos recorriendo. Dios quiere que nuestro fruto sea bondadoso, que sembremos buena semilla, que al final de nuestra vida, seamos recordados por el amor que dimos y no porque fuimos malos con los demás.

Propósito de hoy: Que mis acciones reflejen el amor de Dios que hay en mi corazón.