Juan 10, 1-10
Yo he venido a que tengan vida y la tengan en abundancia.
Cristo sigue dándonos razones de porque debemos creer en Él, o si lo queremos ver desde otra perspectiva, Cristo continúa explicando quién es. Toda la semana pasada nos explicó como Él era el pan de vida, pan de vida eterna…Hoy nos dice: “Yo he venido a que tengan vida y la tengan en abundancia”. Todos, independientemente de la espiritualidad que sigamos, de la fe que profesamos, de la cultura, de las creencias, todo ser humano va buscando “la abundancia”. Todos queremos todo en abundancia. Somos como los niños, jamás podemos meter la mano a la bolsa y solo sacar una paleta, sino todas las que le abarque la mano. Así somos nosotros, no podemos meter la “mano al mundo” y solo sacar lo que necesitamos. Lo queremos todo y en cierta manera está bien, no nos conformamos. Cristo quiere darnos en abundancia, solo tenemos que “meter la mano en Su corazón” y llenarnos de paz, de alegría, de amor, de seguridad, de certeza… y todo ello en abundancia. Cristo quiere que tengamos vida, es decir, que seamos felices y no poquito, sino mucho muy felices (aunque gramáticamente este incorrecto). No tengamos miedo de “meter la mano en el corazón de Cristo” y llenarnos de mucho, mucho amor.
Propósito: Hoy “meter la mano al mundo” y llenarme de todo aquello que Diosito me da para hacerme mucho muy feliz.