Juan 16, 12-15 “Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena”.
En la Audiencia general del 15 de mayo de 2013, el Papa Francisco nos enseña de una manera muy sencilla, en una oración, a que estemos preparados a recibir estas palabras de Jesucristo sobre el Espíritu de la verdad, de esa verdad plena de Dios: «Espíritu Santo haz que mi corazón se abra a la Palabra de Dios, que mi corazón se abra al bien, que mi corazón se abra a la belleza de Dios todos los días».
Abrir nuestro corazón, nos permite recibir uno de los dones del Espíritu Santo más importantes en nuestra fe católica, que es: ‘Inteligencia’ para las cosas de Dios, para poder comprender, en su momento, el mensaje de Jesús. Sí, recordando que se nos anunciará la buena nueva de Dios y que nosotros vamos a recibirla si estamos dispuestos. Y para estar dispuestos hay que acercarnos a Dios en la oración, en la comunión, en el encuentro con Jesús, al permitir que Espíritu Santo ilumine nuestro camino con sus dones, con el entendimiento de todo lo referente al Padre.
“Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes…Porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder”. Jesús nos prepara para abrir nuestro corazón ala Palabra de Dios.
Dejemos pues, que el Espíritu Santo nos guíe a un encuentro profundo con Dios, que nuestra fe tenga su pilar en la verdad de Dios. Que no tengamos miedo, al contrario, que fortalezcamos nuestros lazos de amor con Jesucristo resucitado, para entender mejor su Palabra, para vivirla, para ponerla en práctica.
Que los dones, frutos y carismas que nos vienen del Espíritu de Dios, se complementen entre sí para que se haga en nosotros la voluntad del Padre.
Propósito de hoy: Padre, lléname de tus dones, en especial hoy te pido por la sabiduría e inteligencia para que me guíen a comprender mejor el mensaje de verdad que viene de tu Palabra de vida eterna.