7 DE MAYO: CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS.

Juan 6, 35-40 “La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día”.

Tenemos presente como siempre nuestra fe. La fe que compartimos con los demás y esa que profesamos cada vez que asistimos a misa. ‘Creo en un solo Dios’, porque no hay más Dios verdadero que Jesucristo. No ceguemos nuestro entendimiento en cosas banales a las que algunos llaman dios, como el dinero o las posesiones materiales. Hemos escuchado a muchas personas referirse de esa manera ante cosas mundanas y no se dan cuenta que solo los alejan de Dios.

Cuando hablamos de Jesucristo, con nuestra familia o amigos, o incluso con algún desconocido en la parada del autobus, estamos dando fe de que conocemos al Hijo de Dios, reconocemos también que es parte de nuestra existencia porque lo necesitamos. Llevamos su palabra de sanación en el corazón y la compartimos; sí, de nada nos sirve quedárnosla para nosotros mismos.

No, ¡hay que hablar de Dios! Hay que enseñar a otros, con nuestro ejemplo a ser positivos, a no quejarnos mucho de lo que nos sucede, porque somos el resultado de nuestras propias decisiones. Nos dejamos llevar e influenciar de tal manera que seamos arrogantes, o vengativos o simplemente insensibles al dolor de los demás. Hay que vivir la Palabra de Dios, poner en practica eso de respetar a nuestros mayores, de amar a nuestros semejantes, de no robar ni mentir y principalmente, de acercarnos al que ofendimos para pedirle perdón…ahí en nuestra casa.

En la muerte de un ser querido, recibimos el consuelo de nuestro Señor Jesucristo cuando confiamos en él, cuando somos testigos de que existe en nuestro corazón, de que es parte de nuestro dolor. También podemos agradecerle que nos permitió vivir junto a esa persona que ya no veremos más, pero que se queda en nuestro corazón con la paz de saber que resucitará en el último día y que estará sentado a la derecha del Padre, como nos lo ha prometido.

“…que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día”.

Propósito de hoy: Que se haga tu voluntad en mi, para resucitar en el último día, ese es mi deseo y por lo que vivo. No permitas que se apague mi fe, lléname de tu gracia para siempre creer en tu amor y en tu verdad.