Juan 8, 21-30 “Entonces ¿quién eres tú?”
“Yo Soy”, respondió Jesús, y al final de sus palabras, algunos de nosotros empezamos a creer en él.
Jesus nos habla en este Evangelio de Juan, sobre el Padre: “El que me ha enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo al mundo”. Y en la sencillez de sus palabras, nos está diciendo que él es el Hijo de Dios y que habla en su nombre, y es que su Palabra es de Vida eterna.
Todos queremos llegar al Padre ¿Verdad? Y por eso queremos seguir la ley de Moisés, esa ley de Dios que tiene 10 mandamientos de amor, de civilidad, de comportamiento. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”.
Segamos pues las enseñanzas de Jesucristo, para agradarle al padre y que nuestro actuar no nos condene, sino que nos lleve a creer que Jesús es el Mesías, el Salvador, el que ha venido a traernos la paz y a darnos muestras de que todo corazón tiene la capacidad de amar, tal y como él nos ama a nosotros.
Propósito de hoy: Padre, que sea tu Hijo quién me acerca a ti y por quién yo quiero ser testimonio del amor que has enviado. Quiero agradecerte por los dones y talentos que has puesto en mi y que yo tenga la manera de desarrollarlos solo para lograr imitar a Jesús en bondad, en misericordia y en amor.