Miércoles 21 de abril: Creer en Cristo.

Juan 6, 35-40.

La Voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día.

Esta afirmación de Cristo es una de las certezas más fuertes de nuestra fe. La fe es un don que recibimos gratuitamente en el bautismo, pero depende de nuestro cuidado el hacerla crecer y fortalecer. ¿Qué es la fe? Es creer contra toda esperanza, es creer cuando todo es obscuro, la fe es vivir con la mirada puesta en el cielo, creer es vivir feliz, sabiendo que estoy de paso y todo lo que hoy se me presenta es para llenar el corazón y que éste tenga las buenas obras para entrar al cielo. Es fácil tener fe cuando “el mundo nos sonríe”, pero cuando el dolor toca a la puerta, cuando el sufrimiento llega, cuando todo es gris, uno quiere meterse en un hoyo y no salir.

Ahí entra la fe, la confianza en que Cristo ha dado la vida justamente para esos momentos, es decir, para poner una chispita de luz a ese momento. No lo entendemos, pero sí podemos confiar en que es parte del plan para “llenar ese corazón”. No es que el dolor y el sufrimiento sean necesarios para llegar al cielo, pero sí son parte del camino. Es a través de la fe que podemos sonreír día con día y creer que estamos de paso y que Cristo ya ha ido a abrir la puerta, a nosotros nos toca llenar el corazón para un día llegar y dar el abrazo eterno.

Propósito: Hoy abrazar con una sonrisa todo lo que este día nos traiga.