31 DE MARZO: LLÉNAME DE TU AMOR, PARA CREER EN TÍ.

Juan 4, 43-54 “Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús”.

La fe. Creer. Confiar.

Jesús nos dice en este Evangelio de Juan, que muchos necesitamos de pruebas para creer en Dios: “Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen”. Y tiene razón. ¡Cuántos milagros vivimos a diario que no vemos!

La fe es una gracia que recibimos de Dios cuando se la pedimos. Él sabe darnos todo lo que necesitamos para salir adelante pero la fe, es algo que vamos a recibir si es que queremos recibirla. Y es la fe, la que nos lleva a creer en la Palabra de Dios, a creer que los mandamientos nos van a transformar, y a sabernos amados por Dios. Y en ese creer, depositamos nuestra confianza en que el Señor nos escucha y atiende a nuestra voz, como la de este funcionario real de Cafarnaún, que le pide a Jesucristo que sane a su hijo: “Señor, ven antes de que mi muchachito muera” y fue tanta la misericordia de Dios, al escuchar a este padre pedir por su hijo, que reconoció en él su fe y sanó a su muchachito, sin tener que ir hasta su casa: “Vete, tu hijo ya está sano”.

Y tú, ¿Crees en la palabra de Jesús? Vamos preguntándonos: ¿Cómo está mi fe?, ¿Plena? O de dientes para afuera. ¿Cuántas veces dudamos en la Palabra de Dios? Tal vez muchas y es que a veces no la entendemos, o en algunas ocasiones sentimos que nos está atacando, pero hay otras veces que sabemos que la palabra de Dios nos abraza, nos consuela, nos da paz al alma. Y es que Jesús nos enseña a amar, nos da muestras una y otra vez de su paciencia con nosotros, nos dice las cosas de muchas maneras esperando que podamos entender.

Jesús da testimonio de fe. Él cree en su Padre y sigue los mandamientos, es bueno y tolerante. Nunca se cansa de perdonarnos, de abrazarnos, de comprendernos. Jesus cree en la Palabra de Dios Padre y le es fiel.

Jesucristo nos invita a creer en Dios, para empezar de nuevo, para a saber reconocer cuando nos equivocamos, o cuando lo juzgamos y nos alejamos de él. También nos invita a reconciliarnos con nuestro hermano y a poder pedir perdón ¡Sí! A querer pedirle perdón a quienes hemos ofendido, empezando por él, como cuando lo abandonamos, ahí, en la cruz.

Vamos a unirnos a Dios en la oración para pedirle, que aumente nuestra fe, porque tenemos necesidad de creer y de confiar en él, para que ahí, en la cruz, pueda perdonar las veces que lo hemos abandonado.

Propósito de hoy: Padre, permite que mi fe, dé testimonio del amor que siento en mi corazón y que recibo de ti.