18 DE MARZO: HAGO LO QUE DIGO.

Mateo 23, 1-12 “No dejen que los llamen ‘maestros'”.

El Evangelio de Mateo nos habla de lo mucho que nos gusta imitar a los demás, de cómo los fariseos y los escribas decían una cosa pero hacían algo diferente. Y Jesús no quiere que seamos así, él nos quiere coherentes entre lo que decimos y hacemos. Que no queramos ser los primeros, que hagamos las cosas solamente para que nos vea la gente, ni que deseemos ocupar el sitio de honor porque puede ser que alguien llegue y nos diga que ese no es nuestro lugar.

Y ¿qué nos quiere decir?

Tal vez nos quiere decir que practiquemos nuestra humildad: “no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ninguno hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo”.

Nos habla de confianza, sí, nos invita a confiar en el Maestro, a creer en su Palabra, a escuchar con intención su mensaje de amor. Nos recuerda que todos somos hermanos y que tenemos un mismo Padre Celestial que se entrega a nosotros para nuestra salvación.

Nos dice también: “Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Y se refiere a que seamos humildes, a que no seamos presumidos, a no querer ser el primero, ni a querer esperar a que los demás nos sirvan. No; significa que vamos a vivir una vida nueva, donde aprendamos a compartir con los demás, a que con alegría nos acerquemos a nuestros vecinos y les demos las gracias, él quiere que seamos auténticos y no una copia mala de alguien mas.

Pongamos nuestra fe en las manos de Dios, que es el único Maestro, Guía y Padre Celestial, que nos lleva a hasta él.

Propósito de hoy: Padre, aumenta mi fe para poder confiar en tu Palabra de amor y vivir en la humildad de corazón que me lleva hasta tu amor.