Lucas 1, 1-14 “El espíritu del Señor está sobre mí.”
Y cuenta Jesús que ese día se cumplió la promesa de Dios, de que él llegaría para traer la buena nueva a todos nosotros, para aliviar a los cautivos y curar a los ciegos, para liberar al oprimido y para hablarnos de la gracia del Señor. ¡Ese día llegó!
¿Qué tan atentos estamos a la Palabra de Dios? Este día hacemos hincapié en su Palabra de vida eterna y hay muchas maneras en que podemos honrar este día especial. Sí, podemos poner nuestra Biblia en un lugar donde todos la podamos leer cada día y meditar en lo que dice; lo podemos hacer de manera personal o con la familia, o nuestra pareja, o con los amigos. Rezar con la Biblia es muy interesante por que la vida de Jesús, como Hijo del hombre, en el Nuevo Testamento nos relata una historia de amor por la humanidad, que bien debemos leerla, meditarla e imitarla.
La Biblia es una serie de documentos que nos inspiran a ser mejores personas.
Vamos comenzando el día de hoy, domingo, día de la Palabra de Dios a rezar con intención, y que ésta sea para buscar el bien común, para desarrollar dones y virtudes al servicio de los demás, para ser misericordioso en nuestro actuar. Vamos a acercarnos al enfermo, al que está solo, al que tiene hambre y vamos alimentándolos de la verdad de Dios, de la compasión y del perdón de Jesucristo y de nuestra bondad al momento de dar testimonio de que todos somos hijos amados de Dios.
Propósito de hoy: Que nunca se me olvide que soy parte de la creación de Dios y que tengo que salir a hablar de él todos los días, porque es la misión permanente de la iglesia y la que me corresponde comprometerme como hijo de Dios.