Juan 1, 35-42. “Hemos encontrado al Mesías”.
Los discípulos de Juan lo escuchan con atención cuando les dice: “He ahí al Cordero de Dios” y se van detrás de Jesús porque saben a quién siguen, saben que es el Hijo de Dios, tienen fe y confianza en las palabras del Bautista.
Cuando creemos en Jesucristo, damos testimonio de fe. Aceptamos que su Palabra va a propiciar un encuentro personal con Dios y nos emocionamos al sabernos amados por él.
Y tú, ¿Has encontrado al Mesías? Seguro que sí, porque Jesucristo está en tu corazón. Él es parte de nuestra vida, nos acompaña, nos consuela, nos alienta a salir adelante, a tomar decisiones que nos beneficien a todos, nos invita a la oración y al arrepentimiento. Jesús transforma nuestra vida cuando le damos la oportunidad de ser parte de ella.
Es en Jesús que encontramos respuestas, es el que nos lleva por el camino de la verdad, es el que nos perdona cuando lo clavamos a una cruz. Jesú es el camini, la verdad y la vida.
Propósito de hoy: Gracias Padre, por permitirme encontrar a tu Hijo, el Mesías dentro de mi corazón.