27 DE DICIEMBRE: JESÚS, VIVES EN MI CORAZÓN.

Juan 20, 2-9 “No sabemos dónde lo habrán puesto”.

El Evangelio de Juan el día de hoy, nos relata la reacción de María Magdalena cuando fue al sepulcro a buscar a Jesús y lo encontró vacío. Ella regresó a decirle a algunos de los discípulos y todos corrieron a ver qué estaba sucediendo y cómo es que Jesús no estaba ahí.

Imagino la agonía de pensar que no sabían donde lo habían puesto. ¿Te has enfrentado a una situación similar? ¿Tal vez de momento no encontraste a tu hijo, o tu abuela se perdió de vista, o simplemente tú no sabes en donde estás?

Esa angustia también la ha de tener Jesús, cuando de repente nos desaparecemos, cuando sabemos que nuestra vida no va por el camino correcto y nos alejamos de Dios por miedo a enfrentarlo; porque preferimos la obscuridad, a la luz de Jesús. Sabemos también, que las buenas acciones son las que nos guían por el mejor camino hacia la casa de Dios, pero a veces las evitamos.

Jesús no estaba en el sepulcro, había resucitado, María Magdalena fue a buscarlo y Jesús le da la gracia de ser la elegida por él, para anunciar que no estaba y posteriormente que había resucitado. Ella es testigo de fe, de esperanza, de amor y nos enseña que Dios nunca nos abandona; no importa  que hicimos en el pasado, si estamos listos para arrepentirnos, Jesús nos da el primer lugar en su vida. Él viene a darnos una oportunidad para hacer las cosas diferente, para renacer de nuevo, ¡sí!, y nos invita a vivir para servir, tal como hizo él. Nos llena de bondad el corazón, nos anima, y nos permite sentirnos parte de su vida.

Vamos viviendo de una manera en que no nos ocultemos de Dios, que aprendamos a rezar y a pedir perdón por nuestras faltas. Vamos acercándonos a él para rectificar en nuestros errores y no dejarnos caer en la tentación de vivir en la obscuridad, recordando siempre que, vivir cerca de Dios, nos ayuda a salir adelante y a saber que es Jesús el que nos busca y nos encuentra, solo hay que dejarlo entrar.

Propósito de hoy: Padre, no quiero estar perdido de tu vista, quiero ir por el camino de la verdad y del amor a través de tu Palabra, para saber que puedo encontrarte en mi corazón.