11 DE DICIEMBRE: RECIBO TU AMOR SANADOR.

Mateo 11, 28-30 “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré”.

Confía. Confía. Confía.

Jesús parece que no encuentra maneras para invitarnos a confiar en él, porque nos lo dice de todas las maneras posibles. Nos lo dice con sus milagros, con su paciencia, con su perdón, con su Palabra, con su amor y de tantas maneras y a veces no entendemos; sin embargo él, no pierde la paciencia en esperarnos.

¿Quién no se ha sentido agobiado, o fatigado por alguna carga emocional, material, social?

A nosotros, los que confiamos en Jesús nos dice que ¡él nos va a ayudar! Que él va a sanarnos, nos va a dar la fortaleza que necesitamos para vencer las tentaciones y las tormentas del camino. ¡Él está aquí! quiere que aprendamos de su corazón humilde donde nosotros podemos descansar, para que él se lleve nuestro dolor.

Solo hay que confiar.

Me gusta mucho el mensaje del Papa Francisco en referencia al Evangelio de Mateo del día de hoy: “Una vez recibido el alivio y el consuelo de Cristo, estamos llamados a su vez a convertirnos en descanso y consuelo para los hermanos, con actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro”. ¡Seamos la imitación de Cristo en nuestra vida! No nos olvidemos que al confiar, damos testimonio de fe, de oración, de entrega y es el llamado que Jesús nos hace,  para poder abrir nuestro corazón a su amor y su misericordia.

Propósito de hoy: Padre, quiero dar fe de mi amor por ti para recibir, con humildad, tu sanación.