9 DE DICIEMBRE: TAMBIÉN TE DIGO QUE SÍ.

Lucas 1, 26-38 “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

¡Alégrate tú, porque el Señor está contigo! Sí, alégrate tú que estás leyendo esta reflexión: ¡Porque Dios está contigo!

La Anunciación de la llegada del Hijo de Dios, le causó todo tipo de emociones a María, la joven de Nazaret. Y no es para más. ¿Qué significaban esas palabras? ¿Tener a un ángel frente a ella?, por supuesto que se iba a preocupar y a sentir miedo, sin embargo el ángel Gabriel le dijo que no tuviera miedo. Y María, nuestro ejemplo de mujer virtuosa le contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”.

¡El Fiat de María: el Sí de María! Entonces empezamos a vivir la historia de salvación.

Ha llegado el tiempo de Adviento, tiempo en que nos preparamos para ser testigos del “sí”, de María. Tiempo de recogimiento y de reconciliación, de estar atentos a salir al encuentro del Señor para darle sentido a nuestra vida y salvar nuestros pecados. El tiempo donde encendemos la luz de la esperanza, tiempo para dejar atrás los vicios que nos alejan de Dios. ¡Queremos ver a Jesús! Y creer, como hizo María en la llegada del Mesías.

Hoy recordamos cuando el ángel de Dios le dijo a María: “Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.

¿Estamos listos para contestar igual que María, la Madre del Hijo de Dios?: Soy el esclavo del Señor, cúmplase en mí, lo que has dicho.

¿Qué tan preparados estamos para decirle a Dios que sí, para seguir sus mandamientos, para hacer su voluntad de la mejor manera que entendemos? ¿Cómo está nuestra fe? ¿Estamos dispuestos a perdonar?

Cuando Jesús murió en la cruz, después de que lo condenamos a esa muerte indigna, antes de morir le habló a su Padre y le dijo: “Perdónalos, que no saben lo que hacen”. ¿Acaso hay alguien que te hizo más daño que el que le hicimos a Jesús, al que no puedas perdonar? El Adviento es tiempo de conversión, momento para pedir perdón; vamos recapacitando en nuestras acciones, para poder ser como María y como José su esposo, para poderle decir que sí a Dios Padre y recibir con un corazón amoroso y libre de dolor, a nuestro Señor Jesucristo.

Propósito de hoy: Quiero tener el corazón de José y María, que recibieron al Hijo de Dios como hijo propio y supieron amarlo, siguiendo la voluntad del Padre; para también seguir tu voluntad para lo que has dispuesto para mi.