Mateo: 8, 5-11 “Con que digas una sola palabra”.
La fe en Cristo Jesús es una emoción que nos viene desde lo más profundo de nuestro ser. El soldado Romano no se sentía digno de que Jesús entrara a su casa, pero sí tenía fe en su Palabra. Creía en él, en su poder de salvación, confiaba en que ayudaría a su empleado y así fue.
Jesús le dijo: “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande” y así sanó al que estaba enfermo.
Qué tan importante es que confiemos en la Palabra de Dios, ¿No crees? Depende de nuestro corazón la grandeza de nuestra fe. De cuánto nos hemos preparado para que el Hijo de Dios sea parte de nuestra vida. Y también del deseo de que Jesucristo forme parte fundamental en el camino que nos va a hacer llegar hasta Dios.
La Palabra de Dios es vida, es amor y perdón, es nuestra esperanza y el consuelo ante el dolor y la soledad. Solo necesitamos aumentar nuestra fe, confiar, creer.
Recibamos el tiempo de Adviento para comprometernos y decidir estar más cerca de Dios y así, recibir los milagros de su misericordia.
Propósito de hoy: Quiero vivir en oración constante, para enfrentarme ante el dolor con la valentía de Jesús y lograr salir adelante.