Juan 18, 33-37 “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
¡VIVA CRISTO REY!
Celebramos la victoria de Jesucristo ante el mal, ante el acoso incansable de aquellos que no entendían cómo, un hombre sencillo podía atraer a tantas personas. Cómo tenía tantos seguidores y cómo reaccionaban al verlo. Los jefes y sacerdotes no concebían que Jesús de Nazaret hablara con tanta sabiduría y solo pensaban en ponerle trampas y tentaciones para que se contradijera, para que cayera vencido ante ellos y dejara de humillarlos con sus palabras y sus acciones.
Lo que nunca entendieron es que Jesús es el Hijo de Dios y tiene Palabra de vida eterna….Jesús es Cristo Rey.
Y nosotros ¿Creemos que Jesús es Rey? ¿Creemos en su palabra? ¿Aceptamos que es el Hijo de Dios, nuestro Salvador?
Cristo es quién vino a morir por nosotros y ahí en la cruz, fue él el humillado, el envidiado y al que los que no quisieron conocerlo, le temían.
Hoy que decimos desde nuestro corazón que Jesús es el Rey del Universo, Cristo Rey, el Hijo de Dios, ¡seamos conscientes que, no es solo hoy que debemos acordarnos quién es Jesucristo! ¡No! Ésta, es una acción comprometida, de todos nosotros los hijos de Dios y cada día debemos celebrar a Jesús, su entrega, su amor, por que es el Rey y nosotros sus hijos; somos hijos de un Rey, y hay que recordarlo en cada acción que tomamos. Hay que imitar los pasos de Jesús quién nos ha puesto el ejemplo de amor y de perdón.
Que nunca nos cansemos de amar a Jesús y de compartirlo con los demás.
Propósito de hoy: ¡VIVA CRISTO REY! ¡Que viva el REY de mi corazón! Quiero abrazarte hoy en especial como “El que todo lo puede” y fortalecer mi fe en tu nombre.