Lucas 19, 11-28 “Al que tiene se le dará”
Las gracias de Dios son las que se nos dan a todos y cada uno de nosotros, y se multiplican cuando sabemos utilizarlas como se debe, para el bien común.
¿Has pensado en los dones, las virtudes y los talentos que tienes? Bueno, vamos pensándolo en este momento. Claro, nunca es tarde para conocernos y para entender lo que Dios quiere de nosotros. Muchas personas me dicen: “es que yo no tengo ningún don”. Y empezamos a platicar descubriendo que, ¡esa persona humilde y sencilla está llena de talentos! ¿Quieres pensar en los tuyos? Toma un suspiro y detente aquí e imagina cuáles son esos dones, esas virtudes y esos talentos que tienes…
¿Verdad que descubriste por lo menos uno?
Cuando te habla tu abuelita y te empieza a relatar la historia que te cuenta todos los días, estás demostrando que el don de saber escuchar está en ti. En la escuela o el trabajo al responder positivamente a un compañero sobre algo que no puede hacer, depende el caso, tu destreza es un don y por eso te han consultado a ti. Tener una bonita voz, saber dibujar o pintar, poder armar algo, hablar con claridad, saber sonreír cuando alguien te saluda, caminar acompañando a tu amigo que tiene una pena, leer bien, acercarte a alguien cuando sabes que lo heriste…todas estas y muchas más cualidades ¡Son tus dones, tus virtudes, tus talentos!
Lo que sucede es que no sabemos llamarlos por su nombre. Cada cosa que hacemos con alegría, con entrega, con la convicción de que es lo mejor que podemos hacer nos permite desarrollar lo que somos y eso, en cualquier ámbito, es un don. Ahora, ¿Ya estás descubriendo cuántos dones tienes? La cosa mejora, ya que, cuando los usamos para bien, Dios siempre se encarga de darnos más. Aunque parezca que se nos van a agotar, no tengamos miedo en usarlos, siempre se van a multiplicar y cada vez nos va a dar más alegría compartirlos con aquellos que nos rodean y a quienes amamos.
No tengamos miedo, como este personaje que en lugar de multiplicar, restó, y es que le tenía miedo al jefe por la reacción que tendría si le fallaba. No seamos como él, mejor imitemos a Jesús entregando amor a quien camina con nosotros, que nuestra bondad, caridad y misericordia nunca se vea pequeña ante la necesidad de los demás.
No tengamos temor, porque Dios siempre está con nosotros.
Propósito de hoy: Quiero dejar mis temores o mi egoísmo fuera de mi vida, para poder compartir con los demás las gracias que Dios ha puesto en mí.