16 DE NOVIEMBRE: TU AMOR VIVE EN MÍ.

Lucas 18, 1-8 “¿Creen que encontrará fe sobre la tierra?”

Justicia.

En este Evangelio de Lucas, Jesús nos habla de injusticia, de insensibilidad, de arrogancia. Un juez insensible e injusto que determina si perdona o no a las personas, en este caso que ayudó a una mujer solamente para que dejara de insistir y de molestarlo. No parece que lo hizo por ser justo, ni por sentir la pena de la viuda y con su arrogancia decidió sobre esta mujer, para que ella lo dejara en paz. Un hombre que no tenía temor de Dios, ni respeto hacia los demás. ¿Sería él un buen ejemplo de hombre honesto, o de buen ciudadano? ¿Qué clase de hombre es este juez que no tiene temor de nada?

¿Cuantas veces nos encontramos con personas como él, que creen que por su posición laboral o social tienen el derecho de dominar a los demás? ¿Has conocido a alguien así? O acaso ¿Tú eres así?

La vida junto a Jesucristo nos da muchas oportunidades para recapacitar en nuestra forma de ser, en las acciones incorrectas que tenemos y principalmente en cómo convivimos con los demás. Siempre es un buen día para cambiar, para buscar respuestas en la Palabra de Dios, para acercarnos al camino de la cruz y saber que no somos nada sin la guía de Dios Padre.

Para que Jesús encuentre fe en la tierra, tenemos que estar dispuestos a un corazón amoroso, a aprender a orar, a querer que nuestras acciones den fe de que creemos en el Hijo de Dios. Que podamos responderle a Jesús que sí encontrará fe en la tierra, que sí escuchamos su voz, que sí creemos en Dios y que en esa búsqueda, nos encontramos a nosotros mismos en la presencia de Dios y en el camino justo que nos lleva hasta él.

Estemos preparados para el cambio, no podemos pretender tener el pensamiento de un niño, cuando ya somos adultos; algo hemos aprendido en el camino, la Palabra de Dios debe habernos llegado hasta el corazón, porque solo así vamos a actuar con justicia, con la libertad que nos da Jesús de seguir sus pasos, para así llegar hasta el Reino de los Cielos.

Propósito de hoy: Jesús mío, enséñame a orar, para que cuando llegues a mi vida encuentres un corazón palpitante de fe porque tú ya vives en mí.