13 DE NOVIEMBRE: AGRADEZCO EL AMOR QUE ME DAS CADA DÍA.

Lucas  17, 11-19 “Se postró a los pies de Jesús y le dió las gracias”.

Jesús pasó su vida al servicio de los demás, cada vez que le pedían un milagro, él hacía todo lo posible, le gustaba mucho sanar a los enfermos, a los leprosos, expulsaba demonios y curaba heridas en el nombre de Dios. Jesús se entregaba cada vez por los demás y vivía con un corazón lleno de amor por su prójimo.

Es este Evangelio de Lucas, cuando Jesús sana a los leprosos, de diez que eran solo uno regresó a bendecirlo y a darle las gracias y él se preguntó ¿Dónde estaban los demás?

Tu puedes pensar que, cuando Jesús te ayuda, te escucha y corre a socorrerte se pregunta: ¿qué fue de ti?, o no es necesario porque así como ese samaritano que regresó a bendecirlo, tú también regresaste a darle las gracias por su amor, por las bendiciones que recibes de él cada día, por la esperanza que ves  en cada milagro que hace en ti, en tu vida, en las personas que amas y ¿solo tienes palabras de amor hacia él?

¡Que tu respuesta y la mía y la de nuestros seres queridos, sea siempre un sí!

Hay que aprender a darle gracias a Dios desde el momento que despertamos, por las personas que están a nuestro lado, por los alimentos, por las tormentas que nos ayudan a ser mas fuertes cada día. A Dios hay que recordarle que siempre viaja en nuestro corazón, que no nos queremos separar de él, y si un día lo hacemos, que estemos preparados para pedirle su misericordia y arrepentidos pedirle perdón por lo que hacemos sin darnos cuenta y darle las gracias porque sabemos que no importa que tanto nos equivocamos, él está dispuesto a abrazarnos y a decirnos que nos ama. Que nuestra convivencia con Dios sea constante, que no nos cansemos de orar para crecer nuestra fe; que el servicio a otros sea nuestro propósito principal y que nunca nos olvidemos que es él quién conduce nuestro caminar en el mundo, agradeciéndole por todo lo que nos da.

Propósito de hoy: Quiero ser como el samaritano que agradece por los milagros que Dios hace en mi cada día.