Mateo 5, 1-12 “Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios”.
Acabamos de terminar el mes del Rosario y muchos de nosotros nos unimos en grupos, ya sea en persona, por video, en llamada en vivo y de alguna manera para pedirle a nuestra Madre Santísima que interceda por todos nosotros que buscamos la paz en el mundo. Nos unimos en oración porque buscamos la union que nos ayude a vivir en mejores condiciones donde la guerra deje de existir y que al trabajar por la paz nos acerquemos mas a ser hijos de Dios.
En este Evangelio, Jesús nos habla de las bienaventuranzas, porque desea que nosotros aprendamos a seguirlo. Y es en el amor, que nos identificamos más con él, recordando que somos creados a su imagen y semejanza. Capaces de sentir lo mismo que él, de amar y perdonar.
Nos llama dichosos a todos los que descubrimos nuestros dones y los enfocamos a la bondad del corazón. A los que reconocemos que cometemos errores pero rectificamos nuestras acciones en beneficio del mas débil. Dichosos los que queremos justicia, los que podemos consolar al que llora, podemos tener empatía aún en el dolor y el sufrimiento. Dichosos todos los que hablamos de Jesús en la cruz, para que los corazones que aún no lo conocen empiecen a tener hambre de él. Bendecidos todos aquellos que recordamos hoy día con la Solemnidad de todos los Santos.
Propósito de hoy: Que las bienaventuranzas sean parte de mi vida y tratar a otros como quisiera que me trataran a mi.