28 DE OCTUBRE: QUIERO APRENDER A REZAR.

Lucas 6, 12-19 “Pasó la noche orando a Dios”.

¡Estamos hablando de Jesús! ¡El Hijo de Dios! Que fue el que pasó la noche orando a su Padre Celestial. ¡Qué mejor testimonio de amor y de fe!, es Cristo rezando a su Padre y Padre nuestro con devoción, como se le habla a un padre y ahí en el monte descubrimos que todos tenemos necesidad de orar.

Cuando nos acercamos a Jesús, le pedimos que nos enseñe a orar ¿Verdad? Y él nos enseña la oracion utilizada en todo momento por nosotros que creemos y confiamos en Dios. El “Padre nuestro”. Y es que al orar estamos buscando un encuentro con Dios, es como un dialogo, una conversación con el que todo lo puede. Es también una entrega personal a la voluntad de Dios.

En este Evangelio de Lucas, Jesús elige a los que irán con él por el camino predicando la Palabra de Dios: “Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor”.

¿Has pensado que tú también eres un apóstol de Jesucristo? Todos los que fuimos Bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo somos llamados a seguir a Cristo y a convertimos en sus apóstoles. No dejemos nunca de hablar de Dios ni de su Hijo Jesucristo, seamos portadores de su verdad con nuestro comportamiento y acercamiento a los demás en el servicio y la caridad.

Que nuestra siembra de una buena cosecha para enseñar con el ejemplo a los demás a orar con el corazón, con amor, con esperanza.

Propósito de hoy:  Padre permite que siempre quiera dar testimonio de tu amor y que con mi ejemplo lleve tu palabra a todas las personas con las que comparto mi vida.