18 DE OCTUBRE: DAME TU GRACIA PARA TRABAJAR EN TUS CAMPOS.

Lucas 10, 1-9 “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”.

Cuando hablamos de cosecha en algunos textos bíblicos, hablamos del campo que se tiene que conquistar con el amor de Dios. Sí y en realidad somos muy pocos los trabajadores de Dios en los campos. En Tierra Santa, donde Jesús vivió su ministerio, donde fue crucificado y donde resucitó, la población de Cristianos es solamente del 2%. Yo puedo imaginar que si fuéramos más los Cristianos en la tierra de Jesucristo, tal vez sería el indicador de que hay un mayor número de Cristianos en el mundo.

Ahora, pensemos que si, en Tierra Santa hay tan pocos trabajadores de Cristo, ¿Cómo estará el mundo? Y es aquí donde tenemos que acercarnos a Dios para pedirle que aumente nuestra fe.

La fe nos permite hablar de Jesucristo y creer en Dios. Tal vez no lo podemos entender al 100%, pero si podemos compartir con los demás las bendiciones del amor de Dios en nuestra vida, en nuestro corazón. La oración es el alimento para nuestro campo y a través de la oración nuestra cosecha dará buenos frutos ya que sembraremos la Palabra de Dios, de bondad y de misericordia.

Y tú, ¿Quieres trabajar para Dios? El pago es la vida eterna a su lado. El trabajo es tratar con amabilidad a los demás, es comportarse con honestidad, es ayudar a tu hermano, respetar a tus padres y abuelos; trabajar para Dios, es desarrollar tus talentos y ponerlos al servicio de todos, es no ser egoístas ni soberbios. En sí, es poner el ejemplo con nuestras acciones de que somos hijos amados de Dios y de que somos también testimonio de un amor tan grande que sabe perdonar y pedir perdón.

Seamos como Jesús en la cruz, humildes, obedientes, y listos para aceptar el camino que Dios tiene para nosotros, con la esperanza de encontrar la paz y la felicidad en todo lo que realizamos cada día de nuestra vida.

Propósito de hoy: Padre, lléname de tu gracia para trabajar en tus campos y poder compartir tu amor con los demás para que cada día seamos más los que proclamamos tu Palabra de vida eterna.