16 DE OCTUBRE: DAME TU GRACIA PARA JAMÁS ABRUMAR A MIS HERMANOS.

Lucas 11, 42-46 “¡Ay de ustedes también, doctores de la ley, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!”

Que importante es el ejemplo que damos o que nos dan, aquellas personas que tienen un puesto político o gerencial, ante todos los demás. Jesús es muy preciso en apuntar a los fariseos junto con los doctores de la ley al decirles que ejercen su poder sobre todos nosotros y se aferran a leyes que no tienen nada que ver con Dios y que no son capaces de imponerlas en su propia persona: “abruman a la gente con cargas insoportables”. Y ¿Cuántas veces nos sentimos abrumados u oprimidos por la soberbia de otras personas con quienes convivimos el día a día?

Tener autoridad es sinónimo de poner el ejemplo, de hacer el bien, de querer la justicia para todos, sin embargo no lo es. Las personas con autoridad muchas veces solo buscan su beneficio sin importar que el otro sufra consecuencias que no le corresponden.

Tenemos la tarea como hijos de Dios, de usar nuestros talentos para mejorar en todos los aspectos. Para ser mejores amigos, buenos hermanos, hijos hacendosos, abuelos que corrigen con amor; para ser estudiantes dedicados, trabajadores honrados, jefes justos y honestos. No debemos perder de vista que somos hechos a imagen y semejanza de Jesucristo, que nuestro propósito debe enfocarse en el servicio a los demás. Ayudar al otro a llegar hasta la santidad y de esa manera, también nosotros nos acercamos más a ser santos. Y ser santos, es hacer lo que nos corresponde ahí donde estamos, de manera en que agrademos a Dios. Acercarnos a él, orar con él, pidiéndole que nos de la gracia del perdón y que nos aumente nuestra fe.

Seamos los que imitamos a Cristo, los que no exigimos a otros lo que no queremos hacer, a no imponemos a que nos obedezcan y que si queremos algo de alguien seamos los primeros en servir antes de querer ser servidos. Crezcamos en humildad para no ser como los falsos maestros de la ley o los fariseos, para alcanzar el reino de Dios, con amor en el corazón y sabiendo que por nuestras acciones imitamos a Jesús y nos llenamos de fe cuando vivimos como él nos ha enseñado.

Propósito de hoy: Padre dame la gracia para que la soberbia jamás dirija mi vida y para que siempre pueda seguir tu palabra como el camino a la vida eterna.