26 DE SEPTIEMBRE: VEO TUS OBRAS EN MI CORAZÓN.

Lucas 9, 7-9 “Tenía curiosidad de ver a Jesús”.

Estamos hablando de Herodes, sí, el que mandó degollar a Juan el Bautista por la orden de una mujer, y el que, al escuchar hablar de los milagros de sanación de Jesús, se pronunció con deseos de ver quién era; tal vez sin recordar aquella vez que su padre Herodes el Grande, mandó matar a niños inocentes para evitar que aquel niño, al que llamaban Rey, creciera y compitiera con él. Y ese niño es Jesús, hecho hombre, Rey del Universo del que todos hablan y a quién Herodes, tenía curiosidad de ver.

Y tú, ¿Tienes curiosidad por ver a Jesús? Porque ver a Jesús implica conocerlo, ¿Quieres en verdad conocer a Jesús?. Entonces, deja todo y síguelo. ¿Sabes que implica seguir a Jesús?

Es toda una tarea conocer, ver y seguir a Jesús, porque hay que poner el corazón.

Vemos a Jesús en nuestras acciones, en la manera en que tratamos a los demás, en la bondad y la compasión que nos caracteriza. Y cuando conocemos a Jesús es cuando entendemos que el servicio a los demás es donde más nos parecemos a él. Jesús vino a servirnos, a tal grado que murió en la cruz para darnos un mejor futuro; para que entendiéramos que en el sacrificio, en el perdón y en el amor de Dios, está la paz del mundo, la felicidad de nuestros logros, y la voluntad de Dios para que podamos vivir en armonía unos con otros. Seguir a Jesús nos lleva a dejar fuera de nuestro alcance todo lo que nos separa de Dios. Las emociones negativas de las que somos capaces como el odio, la venganza, el rencor, y de las acciones que son reprochables como matar, violar, pasar por encima del otro para lograr el poder. Seguir a Jesús es darnos nosotros mismos a Dios. Es imitar a Cristo para el bien común, para mejorar las condiciones de vida de todos, para agradecer nuestros dones y talentos y principalmente, es para querer perdonar y sanar el alma.

Un corazón que da testimonio de conocer a Jesús, se reconoce por sus acciones de misericordia, por su alegría, por la paz que transmite a los demás; porque sigue sus pasos, para, de la mano salir de las tormentas que nos presenta la vida, para sanar juntos en la fe que nos brinda la oración. Ver a Jesús, es ver que lo que hacemos deja fruto abundante en el camino que vamos recorriendo.

Propósito de hoy: ¡Quiero verte Jesús! ¡Quiero que mis acciones reflejen mi amor por tí! ¡Quiero ser reconocido por lo que has sembrado en mi corazón, dando frutos de amor todos los días de mi vida!