21 JUNIO: MIS TESOROS ME ACERCAN MÁS A TI.

Mateo 6, 19-23 “Donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón”.

Que importante el mensaje que nos deja hoy Jesús en el Evangelio de Mateo. ¡Cultivemos nuestros tesoros! Y ¿Cuáles son nuestros tesoros? Son nuestras virtudes, éstas que nos acercan a Dios, las que nos apartan de la obscuridad, como también nos dice Jesús: “Tus ojos son la luz de tu cuerpo, de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz”. Nosotros somos los que elegimos llevar una vida lejos de la obscuridad cuando nos damos cuenta que son nuestros dones y virtudes las que nos hacen brillar, para tener esa luz que ilumina nuestro andar.

Nos dice el Papa Francisco, que acumulemos tesoros que nos van a llevar al cielo, como nuestra manera de tratar a los demás, de servir con amor al que nos necesita, de ayudar en casa a nuestros padres y respetar a nuestros mayores. Nos recuerda que debemos proteger al corazón y tenemos que evitar toda codicia, es que desear siempre riquezas mundanas sin intención de ponerlas al servicio de los demás nos lleva a la vanidad, y empezamos a creer que valemos más por las cosas que poseemos y nos llenamos de orgullo. Y todos sabemos que una persona orgullosa está peleada con el perdón, porque carece de humildad para arrepentirse cuando comete una falta y debemos cuidar mucho nuestro corazón para no caer en tentaciones falsas, que nos prometen la riqueza material y nos apagan esa luz que tenemos para ver las verdaderas riquezas del corazón, que nos acercan a Dios.

Nunca es tarde y siempre podemos empezar acumulando bondad, misericordia, perdón y arrepentimiento y de ahí, seguir con la alegría en el servicio digno y la compasión. Que nuestras virtudes nos permitan realizar las obras de misericordia que aprendemos cada día con Jesús en la oración, en el altar, en la reconciliación.Es entonces que vamos a poder ser esa luz en la obscuridad, para que nuestro tesoro nos lleve hasta los brazos de Dios.

Propósito de hoy: Padre, quiero atesorar las riquezas que hay en mi, porque me llevan a ti y así poder ser un mejor ejemplo del amor que has derramado en mi corazón.