19 JUNIO: EN TU MIRADA ENCUENTRO MI RAZÓN DE SER.

Mateo 6, 1-6. 16-18 “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean”.

La humildad de corazón nos abre el camino hacia el encuentro con el Señor, Jesús nos manifiesta el deseo del Padre, en este Evangelio, de no querer alabarnos a nosotros mismos haciendo obras de piedad solo para que los demás nos vean. Si vamos a hacer algo bueno, dejemos que lo reconozcan los demás, empezando por el Padre y así, Él sabrá reconocer nuestra humildad en el servicio y nos recompensará.

Si cooperamos o contribuimos a una buena causa, la discreción es nuestra mejor manera de que Dios nos reconozca, porque descubrimos nuestra razón de ser.

Cuando hagamos oración, que no sea en publico, o en una reunión social sino en la intimidad de nuestra convivencia con Dios. Y cuando ayunemos para purificar nuestra alma, hagámoslo con alegría, sin querer causar lástima por ayunar y es que el ayuno, es un trabajo en conjunto entre cada uno y Dios mismo. Saber que nuestro Padre es quien nota nuestro sacrificio, cualquiera que sea, debe ser razón suficiente para hacer algo por otros y está bien si no nos dan las gracias, porque si hemos sido movidos por el Espíritu Santo, no debe ser importante que nos den un diploma o un trofeo.

Por amor, debemos estar dispuestos a ser hijos predilectos de Dios, ser fruto abundante en nuestra familia, con los amigos, en la comunidad y que sin decir palabra, sintamos el gozo de saber que pudimos hacer algo bueno, sin mirar a quién y sin esperar recompensa alguna que la que nos tiene preparada Dios.

Debemos tener cuidado con nuestras obras de piedad, que no sean por dar limosna o lo que nos sobra; que sean por la bondad que nos caracteriza, por la compasión que sentimos al ver el dolor ajeno, y por el gran amor que hemos heredado de Jesucristo hacia los demás.

Propósito de hoy: Padre, dame piedad y misericordia para ver con Tus ojos, a los demás.