8 JUNIO: TE BUSCO PORQUE TE AMO.

Lucas 2, 41-51 “¿Por qué me andaban buscando?”

Imaginemos que vamos a una fiesta y cuando regresamos a casa nos hace falta un hijo. ¡Qué angustia, que susto, que desesperación! Así les pasó a José y a María cuando de les perdió Jesús, regresaron a buscarlo y encontraron al niño perdido, hayado en el templo. Él con mucha calma, les dice que está haciendo las cosas de su Padre. María acogió esas palabras en su corazón, un gran corazón que celebramos el día de hoy con la Memoria del Corazón Inmaculado de María.

Buscar a Jesús es una tarea de todos los días. ¡Sí! Buscarlo en la sonrisa del amigo, en el cantar de las aves, en el trabajo duro de cada uno de nosotros; buscar a Jesús es querer encontrarlo para decirle que queremos ser como Él, que lo vemos en la oración y que lo sentimos en la Eucaristía.

Buscar a Jesús es querer toparnos con el amor.

Una cosas de suma importancia es cuando buscamos a Jesús en nosotros mismos y cuando lo encontramos en la

misericordia de nuestro corazón, en la fe, en las acciones que favorecen a alguien más que solamente a nosotros; cuando queremos usar nuestra sabiduría para beneficiarnos todos. A Jesús lo encontramos en la caridad, en la bondad, y en la fortaleza que nos da el temor de Dios.

Dejemos que nuestro corazón encuentre en Jesus, la esperanza de la resurrección.

Propósito de hoy: Te busco en mi prójimo y en mi mismo, queriendo ser testigo de tu amor.