26 DE ABRIL: LLEGO A TI, POR TU VOLUNTAD.

Juan 14, 1-6 “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí”.

Cuando Jesús nos habla, nos dice que Él es el Hijo de Dios y que todo el que crea en su Padre, debería también creer en Él; también se acerca a nosotros y nos dice que no perdamos la paz, que confiemos en Él y en su Palabra de vida eterna. Para esto, hay que alcanzar un estado de gracia que se nos da en la oración y nos enseña a creer en Dios que vino a traernos la paz en el nombre de su Padre, para poder vivir unos con otros por medio del amor.

Cada mañana nos levantamos y vemos en cada uno florecer el milagro de la vida y nos damos cuenta que tan bendecidos somos. Tal vez tiene que ver que tenemos ese sentido de pertenencia que nos da Dios y nos sabemos parte de un grupo, sentimos que estamos donde tenemos que estar y nos dejamos amar por Jesucristo. Tenemos un lugar.

Pero: ¿Quė pasa si no tenemos fe? Nos sentimos extraviados, nos alejamos de Dios y se nos olvida totalmente que Jesús está siempre a nuestro lado…que nosotros somos los que nos alejamos de Él. Y es natural del ser humano alejarnos, porque cuando tenemos conflictos en nuestra mente y por querer arreglarlos solos, chocamos contra la pared y creemos que Dios se va, que nos deja solos, y ¡No! Con paciencia está esperándonos para que lo invoquemos y poder recuperar la fe por medio de la oración.

Con humildad vamos pidiéndole a Dios que nos llene de su gracia para entender lo que nos dice Jesús en este Evangelio de Juan: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.

Propósito de hoy: Descubrir que si le decimos que sí a Jesús, vamos a creer en Él con todo el corazón y nos vamos a dar cuenta que es por su gracia, que vamos a llegar hasta Dios Padre.